5 años después

el pasado día 20 de Marzo se cumplieron 5 años desde que el gobierno de los EEUU cumplió su amenaza de “invadir” Iraq con el apoyo de una coalición de países y en contra de la mayor parte de la comunidad internacional. A partir de ese día todo iba a ser muy bonito, pues veamos la situación actual del país (según lo que he leído hasta ahora en los medios, por supuesto doy que yo no he estado allí para saber la situación del país):

Iraq sigue sumido en un caos incluso mas profundo que al comienzo de la guerra, este país era un país tranquilo, obviamente estaba bajo la bota de un régimen dictatorial, pero la seguridad era incomparable con la de hoy día. Basta con mirar las noticias que a diario tiñen de rojo sangre la sección de sucesos de este país.

La economía es otra de las mal paradas tras la guerra. Todos los planes de reconstrucción se han quedado en el limbo, casi todas las promesas realizadas por los gobiernos del primer mundo se han quedado en vanos intentos de poner en pie a un país primero arrasado por las bombas y luego por la violencia cotidiana. Pero lo mas triste del país son los datos que le tocan al civil de a pie, uno de cada tres habitantes de Iraq subsiste gracias a la ayuda humanitaria, casi la mitad de la población malvive con menos de un dólar al día y el dato más triste es que el 30% de la población infantil sufre desnutrición.

Los servicios básicos que iban repararse después de los bombardeos sigue sin restablecerse. Casi el 70% de la población no tiene agua potable, el suministro eléctrico sufre numerosos cortes (eso si tienes la suerte de que llegue a tu morada), la educación y sanidad se han reducido a una mínima expresión.

Se atacó bajo la sospecha de que Iraq fuese un nido de terroristas. Actualmente Iraq se ha convertido en el vivero más importante de terroristas del mundo y en el país que se practica con más fanatismo el terrorismo de estado. La yihad islámica se ha volcado con el país como hizo anteriormente con otros países y el país se ha convertido en un foco de inmigración de combatientes de todo el mundo.

Pues ahí quedan los resultados tras 5 años de una guerra contra Iraq en nombre de la democracia pero con el fantasma del petróleo planeando tras cada bomba. Cinco años después, la democracia brilla por su ausencia en Iraq, con 4,7 millones de refugiados, un millón de civiles muertos, la violencia desatada en cada rincón y unas tropas que, empantanadas en su propio lodazal, matan para mantener la hegemonía estadounidense.